Recientemente estuve compartiendo un mañana en un taller de ventas para una conocida empresa del ramo fotográfico aquí en Caracas, Venezuela. Me causó mucha curiosidad el texto escrito en una placa que colgaba de una de las paredes del salón en donde se estaba desarrollando la actividad de aprendizaje y quiero compartirlo con los lectores de este blog:
DIOS BENDIGA A MIS COMPETIDORES
Mis competidores hacen más por mi que mis amigos. Estos son demasiado gentiles para hacerme ver mis defectos. En cambio, mis competidores hacen todo lo posible por hacerlos conocer.
Mis competidores son eficientes, diligentes y atentos; me obligan a ver la forma de mejorar mis productos y mi servicio.
Mis competidores serían capaces de quitarme el negocio de las manos si pudiesen; esto me obliga a estar alerta para retener lo que poseo.
Si no tuviese competidores sería perezoso, incompetente y desatento. Necesito de la disciplina que me obligan a guardar.
Por todo esto saludo a mis competidores porque son útiles en mi negocio.
¡Que Dios los bendiga!
DIOS BENDIGA A MIS COMPETIDORES
Mis competidores hacen más por mi que mis amigos. Estos son demasiado gentiles para hacerme ver mis defectos. En cambio, mis competidores hacen todo lo posible por hacerlos conocer.
Mis competidores son eficientes, diligentes y atentos; me obligan a ver la forma de mejorar mis productos y mi servicio.
Mis competidores serían capaces de quitarme el negocio de las manos si pudiesen; esto me obliga a estar alerta para retener lo que poseo.
Si no tuviese competidores sería perezoso, incompetente y desatento. Necesito de la disciplina que me obligan a guardar.
Por todo esto saludo a mis competidores porque son útiles en mi negocio.
¡Que Dios los bendiga!
2 comentarios:
Me encanto Sergio... Gracias.
La verdad es que tiene toda la razón, si no existieran competidores las empresas no se verian impulsadas a innovar continuamente.
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