Nota publicada originalmente el 15/03/2007
"Cuando se van las personas, y con ellas su talento y su liderazgo, todo lo que queda son sólo fábricas anticuadas y problemas".
Tom Peters
Ninguna empresa tiene vida propia...toda organización existe gracias al trabajo de cada uno de sus integrantes...toda organización es la sumatoria del pensamiento y la acción de cada una de las personas que la integran. Nos ha tocado vivir tiempos muy interesantes en los que si una persona se va de una empresa, se lleva con ella un cúmulo de conocimientos y experiencias que hacen que, literalmente, esa empresa pierda buena parte de su valor de mercado...cuando una persona se va de una empresa es como si esa organización se sometiera a una intervención quirúrgica en la que le extirpan uno de sus órganos vitales...la pregunta clave es: ¿cuántos veces una empresa se puede extirpar sus órganos vitales? ¿cuál es el límite para esto? No creo que exista ninguna empresa en el mundo que pueda vivir con el mínimo de sus órganos vitales. Vivimos en una época en la que es imperativo que se valore el talento de las personas...ese talento es lo que hace que toda la maquinaria organizacional se mueva...
1 comentario:
Estoy de acuerdo con el comentario, pero cuando una persona es "extirpada" la empresa debe apostar a quien continúa la labor. Si esa persona se va por cuenta propia para su beneficio y avance, hay que desearle éxito en su nuevo camino, pero la empresa no puede lamentarse ante la pérdida, sino comenzar a trabajar en pro de la persona que queda. Por eso se dice: Nadie es indispensable. Las personas hacemos las cosas de una u otra forma, pero la empresa tiene también su particular manera de hacerlas. Ahora bien, si la empresa es la que decide prescindir de sus líderes, ¿a quién le toca evaluarla?...es un buen consejo que nos dá Tom Peters, probablemente se refiera a los "despidos injustificados".
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